Las orquídeas reinaban en el mundo mucho antes de que el hombre habitara en él. Han sobrevivido durante miles de años. Solamente existen dos ambientes en la tierra donde no viven estas plantas, los polos y los desiertos. Las orquídeas conforman la familia más grande del reino vegetal con aproximadamente 30.000 especies, que se dividen en 1800 géneros.

Referencia al cultivo de las orquídeas existen dos tipos en los escritos chinos de 1500 años de antigüedad. En la antigua Grecia se le atribuían propiedades curativas y afrodisiacas.

Durante muchos años los recolectores europeos se dedicaron a saquear los bosques tropicales para satisfacer el gusto de mujeres y de los coleccionistas de aquella época por raras especies, hasta que muchas de ellas se consideran extintas en la naturaleza.

Algunas de las orquídeas viven en las ramas de los árboles, otras sobre rocas y algunas en el suelo. Las raíces están adaptadas a vivir expuestas al aire, ya que tienen un tejido acumulador de agua llamado velo.

El método más simple de multiplicación utilizado por los coleccionistas y los comerciantes de pequeña escala es la división del tallo. Debido a la gran cantidad de semillas que se producen, las orquídeas también pueden ser multiplicadas a gran escala.

Los cuidados de las orquídeas no son complicados:

  • Necesitan luz, pero no directa.
  • La temperatura entre 18 y 25ºC y no inferior a 16ºC ya que pueden morir

El riego debe ser más o menos una vez a la semana. Se coloca la maceta en el plato y se llena de agua o sumergiendo las raíces en el agua y después de un rato hay que quitarlo. Si no lo quitan, las raíces se pudrirán.

Se abona una vez al mes (depende de la marca del abono y la frecuencia indicada por el fabricante) siguiendo las mismas instrucciones que para el riego, es decir, diluyes el abono en el agua y al rato cuando haya absorbido toda la humedad que necesita ser retira.

Para conseguir una mayor y mejor floración, cuando las flores se secan, hay que cortar las varas por encima del tercer nudo y en unos meses volverá a florecer otra vez y con más fuerza.

Se trasplanta cuando las raíces empiezan a sobresalir demasiado, es la señal de que ya no le queda espacio. Para relleno, a la hora de trasplantar, es recomendable usar la corteza de árboles.

Por Naira Safaryan.

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